El 25 y 26 de octubre tuvo lugar en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza el I Congreso Junior de la AVEE dirigido a estudiantes de Veterinaria e internos de primer año. El encuentro contó con más de 50 participantes que procedían de 10 facultades y hospitales de toda España y se centró en la ortopedia y el diagnóstico por imagen.
El Congreso tuvo lugar en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza
El Congreso se inició el viernes 25 por la tarde con un taller sobre bloqueos anestésicos en extremidades impartido por Antonio Romero, del servicio de Medicina y Cirugía Equina del Hospital Veterinario de la Universidad de Zaragoza.
El sábado tuvieron lugar interesantes ponencias técnicas a cargo de especialistas nacionales. En la presentación, Andrés Romero, responsable de la sección Junior de la AVEE, explicó que dicha sección surge como respuesta a una necesidad de los estudiantes que se preguntan, sobre todo en cuarto de carrera, qué va a ser de su vida profesional, y manifestó su deseo de que este primer Congreso fuera la “llave para conectarse con la realidad, con los veterinarios que están en activo”.
COJERAS
Inma Roquet
La primera charla del congreso estuvo a cargo de Imma Roquet, diplomada del Colegio Americano de Cirugía, que habló sobre la información que aporta el examen clínico de las cojeras. Roquet afirmó que en el tema de las cojeras no existen verdades absolutas y que cada profesional se fija en una cosa diferente, pero que al final todos llegan a la misma conclusión.
Lo primero que hay que hacer es una buena anamnesis y pedir al propietario que dé la máxima información: si el caballo ha tomado AINE o no, si es un atleta consolidado o bien un proyecto de futuro, si el problema es crónico o agudo, etc.
El examen clínico es estático y dinámico. En el primero hay que revisarlo todo, mirar, palpar y tomarse el tiempo necesario para hacerlo. Para Roquet el examen dinámico debe iniciarse de forma ideal, al paso en línea recta y observar al caballo desde diferentes posiciones. También al trote y haciendo círculos. Después se hacen flexiones, se estresan las articulaciones y se observa qué hace el caballo (si va más cojo, menos, etc.). También es importante ver las transiciones de galope a trote, sobre suelo blando y duro; a veces es durante dichas transiciones cuando se ve la cojera.
Roquet concluyó afirmando que la experiencia ayuda a acelerar el examen clínico pero que en ningún caso lo sustituye y que es importante no saltarse ningún paso.
DIAGNÓSTICO POR IMAGEN
Joaquín Jiménez
Joaquín Jiménez, profesor de radiología del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad de Extremadura, habló sobre las técnicas de imagen que ayudan en los casos de ortopedia. Empezó hablando de la radiología convencional y de la importancia de preparar bien al paciente (lavar, cepillar, secar…). Para observar el casco a veces es necesaria la sedación (si hay que hacer varias radiografías y el caballo se mueve se pierde tiempo y dinero). Jiménez también enfatizó la necesidad de ser rigurosos en la terminología de las posiciones: el primer término indica el lugar anatómico por el que entra el haz de rayos X y el segundo término el lugar por el que sale.
Otro punto muy importante que quiso subrayar Jiménez es el de la necesidad de guardar estrictas medidas de radioprotección (alejarse de la zona lo máximo posible).
La radiología aporta gran información anátomo-patológica y a diferencia del TAC e IRM se puede usar en todas las articulaciones, aunque tiene algunas limitaciones como, por ejemplo, que no diferencia los distintos tejidos blandos o que no detecta fracturas de estrés incipientes.
Respecto a la ecografía Jiménez señaló que sirve para todas las articulaciones y estructuras corporales si bien es una técnica muy subjetiva que depende mucho de la experiencia del ecografista. Para obtener buenos resultados se necesita un profundo conocimiento anatómico y una buena técnica ecográfica.
EL VETERINARIO DE CAMPO
Arantza Vitoria
Arantza Vitoria, del servicio de Medicina y cirugía Equina del Hospital Veterinario de la Universidad de Zaragoza, habló de los casos más habituales que se pueden ver en la clínica ambulante.
Dado que el veterinario de campo pasa más de tres horas al día en el coche, Vitoria indicó que la herramienta más valiosa del profesional en este caso es el vehículo, por lo que hay que tenerlo siempre en perfectas condiciones.
Los cólicos son los casos más habituales en la clínica ambulante. No todos los propietarios los remiten a los hospitales por lo que a veces se ha de sacrificar al animal y realizar la necropsia en el campo. Las heridas son la segunda causa más frecuente para llamar al veterinario que tiene que determinar si es de urgencia o no. Para ello es importante saber la localización y el compromiso anatómico. Vitoria señaló que nunca hay que infravalorar una herida pequeña.
A continuación habló de las cojeras, de los exámenes precompra y del papel del veterinario en la reproducción. En estos casos su función principal es la detección del celo. Los problemas que pueden surgir son: endometritis, folículos anovulatorios, hematomas ováricos, etc. También hacen un seguimiento de la gestación y una asistencia periparto.
La odontología también ocupa un puesto importante en las actividades de los veterinarios ambulantes; Vitoria dijo que el cuidado de los dientes “es igual de importante que desparasitar a un caballo”.
Respecto a la oftalmología lo más habitual es ver úlceras corneales, perforaciones, laceraciones palpebrales, etc. El final de la lista de casos que se ven en la clínica ambulatoria lo ocupan la dermatología, con alergias a las moscas, hongos y abrasión de la crinera, y los tumores, principalmente melanomas.
Vitoria hizo énfasis en la necesidad de rellenar de forma correcta y completa las reseñas en los casos de identificación ya que en ello va el prestigio del profesional. Para ello hay que aprender a describir correctamente las características del caballo.
UN BURRO NO ES UN CABALLO PEQUEÑO
Jesús Buil
Jesús Buil, explicó su experiencia como veterinario del “The Donkey Sanctuary” en Reino Unido, un refugio que acoge a 2.500 burros. Buil habló de los problemas más habituales del casco del burro y de las diferencias anatómicas y radiológicas con el caballo. En el burro el espesor de la pared del casco es constante de los talones a la pinza, la suela tiene forma de “U” y los talones están más desarrollados y son más estrechos, están más cerrados lo que hace que sus problemas sean diferentes a los de los caballos. El casco del burro es más permeable al agua y tiene cinco puntos de apoyo (a diferencia del caballo que tiene cuatro).
En los burros la suela no descama tanto como en los caballos y muchas veces se produce sobrecrecimiento por negligencia del dueño. En los casos más graves es necesaria la analgesia para evitar el dolor del animal tras el recorte.
Buil también habló del comportamiento de estos animales que suelen enmascarar el dolor quedándose quietos, sin exteriorizarlo. De hecho, cuando un burro está apático, debe tratarse como un caso de urgencia.
Las patologías más habituales son los abscesos, el hormiguillo, la podredumbre de ranilla, los talones cerrados, las deformidades flexurales y angulares, el keratoma y la laminitis.
HA TERMINADO LA CARRERA ¿Y AHORA QUÉ?
De izquierda a derecha: Guadalupe Criado, Inma Roquet, Jesús Buil y María Martín-Cuervo.
La mesa redonda en la que se habló de las diferentes salidas de los veterinarios de équidos fue muy enriquecedora y participativa. De hecho, además de los ponentes Imma Roquet, Guadalupe Criado y Jesús Buil, otros profesionales como Francisco Vázquez o María Martín-Cuervo, también explicaron sus experiencias y respondieron a las numerosas preguntas de los estudiantes.
La recomendación general fue la de que es importante salir fuera de tu país e incluso de tu propia facultad para conocer lo que se hace en otros lugares. Imma Roquet señaló que es importante visitar muchos hospitales, y emplear en ello tiempo y dinero, “has de demostrar que realmente quieres ir y te han de ver la cara” afirmó la ponente. Roquet cree que es recomendable realizar internados y que si bien el internado ideal no existe, han de tener ciertas características: buenos mentores, una casuística adecuada y que proporcionen una enseñanza teórica y práctica. En este sentido también se hizo mucho énfasis en la actitud del estudiante: no hay que estar con los brazos cruzados, si es necesario se puede cepillar a los pacientes o leer artículos relacionados con los casos, lo importante es demostrar que realmente se tiene interés.
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Fuente: Portal Veterinaria