La honda preocupación desde principios de esta década de la sociedad científica sobre las consecuencias de las resistencias a los antimicrobianos, plasmada en la línea específica que abrió la OIE y el concepto de “One Health”, impulsó al Parlamento y a la Comisión Europea a organizar la restricción del uso generalizado de estas sustancias basado en un uso prudente de los antimicrobianos.